Digestión anaerobia
Aplicamos un proceso biológico anaerobio en el que la materia orgánica de los residuos se transforma, gracias a la acción de microorganismos, en biogás, una mezcla de gases compuesta principalmente por metano y dióxido de carbono.
Además del biogás, logramos generar una corriente líquida conocida como digestato, que puede aprovecharse para obtener productos de valor añadido o utilizarse directamente como biofertilizante.
Instalaciones gestionadas con digestión anaerobia y producción de biogás.
Compostaje
El compostaje, un proceso biológico aerobio que, bajo condiciones controladas de ventilación, humedad y temperatura, transforma los residuos orgánicos degradables en compost. Este producto estable e higienizado se utiliza como fertilizante orgánico, contribuyendo a la valorización sostenible de los residuos.
Conversión termoquímica
Utilizamos tratamientos térmicos avanzados que permiten descomponer la materia orgánica en ausencia o con una presencia limitada de oxígeno y a altas temperaturas. Estos procesos generan productos gaseosos, sólidos y líquidos que pueden valorizarse como combustibles o transformarse en productos químicos. Entre las tecnologías que empleamos destacan la gasificación, la pirólisis y la carbonización hidrotermal.
Restauración paisajística
Trabajamos en la recuperación de suelos y ecosistemas degradados por la actividad humana, con el objetivo de restablecer su composición, funciones y biodiversidad en condiciones lo más similares posibles a las originales. Para lograrlo, desarrollamos tecnosuelos —sustratos creados a partir de materiales orgánicos como lodos de depuradora o compost mezclados con tierras o residuos locales— cumpliendo siempre con los requisitos de calidad, técnicos y administrativos.
Valorización agrícola
Aprovechamos el valor agronómico de determinados residuos con propiedades fertilizantes para mejorar la estructura del suelo y aportar nutrientes esenciales a los cultivos.
Un ejemplo de ello son los lodos generados en las estaciones depuradoras, que, tras un riguroso análisis para garantizar la ausencia de contaminantes, pueden aplicarse en suelos agrícolas. Este proceso requiere una evaluación previa tanto del tipo de suelo como del cultivo, asegurando un uso seguro, eficaz y respetuoso con el entorno.